Durante el límite de los periodos Pérmico y Triásico, hace 252 millones de años, se produjo la mayor crisis medioambiental en nuestro planeta que derivó en la mayor extinción masiva conocida. La vida estuvo al borde del abismo. Una ingente liberación de basaltos a través de intensos procesos de vulcanismo en el norte de Siberia desató una serie de procesos físico-químicos encadenados que llevaron a unas condiciones extremas a la vida tanto en los océanos como en continentes. A la vida le llevó varios millones de años su recuperación, tiempo que no estuvo exento de nuevas dificultades.